domingo, 28 de noviembre de 2010

Las tres clases de problemas

Este mensaje va a tener muchas listas. La clasificación de los problemas sirve para agruparlos, lo que a su vez sirve, entre otras cosas, para:
  • Determinar propiedades compartidas por los problemas de un grupo, aquellas que definen el grupo y aquellas que son consecuencia de éstas.

  • Buscar soluciones generales para los problemas de un grupo, en función de las propiedades que comparten.

  • Determinar métodos y técnicas que puedan aplicarse a los problemas de cada grupo.

  • Identificar destrezas, conocimientos y habilidades necesarias para aplicar los métodos y técnicas correspondientes al grupo en cuestión.

  • En un primer nivel de clasificación, que es hasta donde llegará este mensaje, se puede ver que hay tres clases de problemas, dependiendo del ámbito de la persona al que afecten.

    En primer lugar están los problemas extra-personales. Son aquellos en que prácticamente todo el mundo está de acuerdo, salvo enfermedades mentales u otras excepciones. Un buen ejemplo son las enfermedades, en general todo el mundo está de acuerdo en que las enfermedades deberían ser solucionadas y erradicadas. La solución a estos problemas es tan "simple" como el progreso científico y tecnológico que tiene su máximo exponente ahora mismo en la revolución de las tecnologías de la información que estamos experimentando y que culminaría con la creación de una inteligencia artificial capaz de seguir con este progreso de manera autónoma.

    El segundo grupo de problemas son los inter-personales. Son aquellos que surgen por discrepancias y diferencias de opinión entre varias personas. Es aquí donde se encuentran los auténticos problemas de la política, que debe resolverlos de manera que se mantengan los derechos de todos en la medida de lo posible. Por ejemplo un fumador puede alegar su derecho a fumar, y un no fumador su derecho a no fumar, ni siquiera pasivamente. Para la resolución de estos problemas es necesario un análisis en profundidad que hará uso también de ciencias, en este caso principalmente formales, y de la filosofía, para conocer los fundamentos, sobre todo morales, en que se basan los derechos. Los problemas que se dan puramente en este ámbito no son tantos y a menudo es posible solucionarlos o paliarlos con soluciones pertenecientes al primer grupo, siguiendo con el ejemplo de los fumadores se trataría de hacer filtros de aire, aislar corrientes, etc.

    El último grupo son, como no podían ser de otra forma, los problemas intra-personales, aquellos que se producen por una fractura dentro de la persona. El ejemplo más claro son las enfermedades mentales, aquellos casos en que es la misma persona la que provoca su infelicidad. La solución de estos problemas corresponde hoy en día a la psicología y psiquiatría. De nuevo, los problemas de este grupo podrían solucionarse o paliarse con los grupos anteriores. Salvo las enfermedades mentales puramente genéticas todas las demás podrían claramente disminuir o desaparecer si no hubiera problemas de los anteriores tipos, incluso las enfermedades de origen genético podrían seguramente tratarse mejor si las condiciones extra-personales e inter-personales fueran óptimas.

    Finalmente queda una consideración, y es la capacidad que tiene la gente a cargo de los problemas inter-personales, es decir, los políticos, de tomar decisiones, destinar fondos y recursos y cambiar el curso de acción con respecto de los demás problemas. Y sin embargo muchos de los problemas a los que se enfrentan son en realidad extra-personales. Por ejemplo, salir de la crisis es algo que quiere todo el mundo, incluso si hubiera gente aprovechándose de ello o bien son extranjeros* o bien jamás reconocerían estar haciéndolo, por lo tanto, de cara al público están de acuerdo.

    Problemas como la crisis son extra-personales, y la solución ha de ser técnica, principalmente de mano de la ciencia que es economía, aunque con consideraciones adicionales. La crisis además afecta a la resolución de otros problemas extra-personales, como es la sanidad, a través de la financiación disponible para la misma.

    El impacto de los políticos, que deberían estar a cargo de problemas más complejos que la crisis, como son los inter-personales, es tremendo y devastador, no siendo capaces de ocuparse ni siquiera de problemas extra-personales, donde claramente se demuestra su incapacidad para cualquier cosa que no sea conseguir votos. En los problemas inter-personales, en lugar de resolverlos, la estrategia es usar a una de las partes como excusa y escudo, y buscar el apoyo de la parte mayoritaria o que se sentiría más impresionada por ello, suficientemente impresionada como para darles su voto.

    Es fundamental que los políticos tengan una formación y capacidades suficientes como para resolver los problemas a los que se presentan, por el impacto que tiene su trabajo sobre la sociedad.

    En los siguientes mensajes pondré algunos ejemplos de problemas y posibles soluciones de tal forma que sea posible entender mejor este mensaje que ahora puede quedar un poco abstracto. Después de los ejemplos puede que vuelva a esto en algún momento o que simplemente lo edite. No sé si lo estará leyendo alguien, los comentarios, aunque sólo sean para que pueda ver que alguien lo lee, son más que bienvenidos ;)

    *y por tanto se convierten en un problema extra-personal con respecto de la población sobre la que se gobierna, no se da entre personas gobernadas, que es lo relevante. De cara al exterior hay que mantener una ética, pero las cuestiones que eso plantea escapan al propósito de este mensaje.

    martes, 16 de noviembre de 2010

    UPyD: se buscan políticos con tres años de experiencia, en otra cosa.

    Las medidas que se plantean, aunque ineficaces, no me parecen mal, aunque más que la prohibición yo exigiría la declaración, a bombo y platillo casi. Incluso la experiencia laboral es más o menos ineficaz, puesto que tres años de experiencia laboral es un tiempo corto que mejor o peor prácticamente cualquiera puede reunir, y si realmente supone una criba, es que estamos mucho peor de lo que imaginaba.

    Sin embargo, es realmente llamativo, prácticamente hilarante, lo denostada que está la profesión de político, para que se exija experiencia profesional en otra cosa. Para cualquier profesión, si se pide experiencia laboral, es precisamente en las labores que se van a realizar. Experiencia que ponga a prueba, pula y demuestre las habilidades y destrezas en las competencias que se requieren para el puesto. Para político no, las destrezas que desarrolla la gente en la política son otras y están mal vistas, producto de la disociación entre conseguir votos y gobernar.

    Lo que parece prácticamente hilarante resulta ser una reacción normal al sistema actual. Antes de que los políticos se dediquen a la política y a conseguir votos tienen que dedicarse tres años a otra cosa con la esperanza de que puedan aparentar tener una mínima capacidad para gobernar.

    El estado actual del sistema puede ser malo, pero peor es que no se tenga forma de solucionarlo. No se especifica ni se prioriza entre las profesiones, bien por desconocimiento, dejadez, porque de cara a la galería es mejor así, cualquier otro motivo o combinación de varios. Por lo que sea. No se sabe o no se quiere saber qué hace a un buen político cuando ocupa el puesto, cómo formarlo, cómo evaluarlo. Ése es el auténtico problema.

    Los partidos deberían fomentar los buenos políticos entre sus miembros. Los votantes deberían exigir conocer estas habilidades. Las universidades deberían formar a los profesionales en la política, con el impacto que esto supone en la sociedad. El sistema debería fomentar el éxito de aquellos que realizan el trabajo mejor y promocionarlos, a la vez que evita que aquellos que no son los mejores capacitados para un puesto lo ocupen. Nada de esto ocurre, eso es lo trágico.

    La medida, ineficaz en la solución, al menos pone de relieve un problema de sobra conocido. La falta de definición en las destrezas de quien ha de gobernar y la gente que en ese vacío ocupa los puestos correspondientes. Uno de los más importantes problemas de la política, si no el principal, puesto que la política, a efectos prácticos, es lo que de ella hacen los políticos.

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    UPyD exigirá a sus candidatos tres años de experiencia laboral al margen de la política

    serán "ciudadanos comprometidos con la sociedad, evitando dar entrada a aquellos meros especuladores políticos, que únicamente persiguen un sillón de por vida"
    además, la presentación de declaraciones de bienes al inicio y fin de la legislatura, la prohibición de recibir regalos o servicios con valor superior a 150 euros, la incompatibilidad de recibir ingresos como cargo público y por remuneración del partido y la limitación a tres legislaturas ocupando el mismo cargo públicoRead more at www.elmundo.es
     

    domingo, 7 de noviembre de 2010

    ¿Para qué están los políticos?

    A lo mejor no nos hemos enterado.

    La democracia, como tantas otras cosas, surgió en la antigua Grecia. Allí se hablaba filosofía, que incluye cosas como la ética, que era la forma en que la gente debería vivir para ser felices a ser posibles sin perjudicar la felicidad de los demás y de política, que es la forma en que debe organizarse el Estado, para... que precisamente la gente que forma parte del mismo pueda ser feliz, para facilitar esto.

    La felicidad es el mayor de los bienes, nada queda por encima de ésta. ¿Cómo se va a preferir otra cosa?

    Los derechos y libertades no son más que un medio para que la gente pueda ser feliz. La gente tiene derecho a la sanidad, al trabajo o a la vivienda porque de su carencia se deriva sufrimiento e infelicidad. Es así, y no al revés, por lo que los políticos han de asegurar que las reglas del juego que marcan, legislando, son las óptimas para que todo el mundo pueda buscar su felicidad y alcanzarla en la medida de lo posible.

    De otra forma, ¿cómo podría definirse lo que son los derechos y las libertades de los ciudadanos? Si estos son un fin, ¿hasta donde llegan?, ¿cuales tienen prioridad?, ¿es mayor el derecho y la libertad de una madre que desea abortar o el de un feto a seguir vivo?, ¿es mayor el derecho y libertad de un fumador a fumar o el de un no fumador a seguir siéndolo activa y pasivamente?

    Si los derechos y libertades se vuelven un fin se pierde el norte en política, no se pueden priorizar, no se puede hacer nada, o se puede hacer cualquier cosa. La política regula la res publica, aquello que es compartido por todos, ha de mediar entre la gente que es gobernada, ha de buscar cuales son los derechos y libertades que hacen más fácil que todos puedan ser felices, dónde están las fronteras entre las libertades de todos.

    No se me entienda mal, por supuesto, tampoco ha de alienarse la libertad del individuo, si las libertades pasan a un segundo plano y el intervencionismo se vuelve feroz entonces no se permite a la gente desarrollarse con la dignidad que corresponde a un ser humano. Pero ya habrá otras ocasiones para hablar acerca del absurdo intervencionismo al que llegamos a menudo.
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    Esperanza Aguirre
    EsperanzAguirre Esperanza Aguirre
    Los poderes públicos no están para dar la felicidad sino para preservar los derechos y libertades de los ciudadanos.
    Partido Popular
    @PPopular Partido Popular
    RT @EsperanzAguirre Los poderes públicos no están para dar la felicidad sino para preservar los derechos y libertades de los ciudadanos.
    5 Nov via web

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    Selección de personal. Puesto: político.

    Por parte de la población en general se tiene en baja estima a los políticos, algo paradójico, cuando es precisamente la población quien les escoge. En este blog se recogen algunos de los motivos por los que puede ser esto. Creo que hay más, pero irán saliendo en otras entradas del blog, ésta ya es suficientemente larga.

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    Sobre incentivos y políticos: qué hacemos para mejorar la "clase política" española
    hecho constatado que el barómetro del CIS identifique a "los políticos" como el tercer problema del país.
    En los sistemas de recursos humanos, todas las políticas (selección, retribución-incentivos, evaluación y formación) deben diseñarse para obtener los resultados que se persiguen.
    ¿qué podríamos considerar como competencias necesarias para ejercer el puesto de gestor público?
    en general cabe pensar: formación más que suficiente, experiencia en gestión (preferiblemente en la empresa "real"), inteligencia, habilidad, creatividad, capacidad de gestión, liderazgo y comunicación, todo ello regado con una integridad a prueba de bombas
    hagamos un rápido análisis del "sistema de recursos humanos"
    Política de Selección: la selección de puestos la realizan, en general, los partidos políticos y las personas que los dirigen
    En los partidos no existe un sistema transparente, se premiará el "seguidismo"
    el sistema no atrae a los buenos gestores con las competencias antes descritas, sino a otro perfil diferente
    Política de Retribución:
    El salario debería adecuarse a la capacidad de las personas y a lo que realmente consiguen
    Los salarios que se cobran en política sólo atraen a los que no pueden aspirar a ganar esas cifras en el mercado de trabajo; quienes tienen una retribución igual o superior (generalmente porque son especialmente rentables a sus empresas) nunca aspirarán a la gestión pública más que por razones altruistas de servicio público
    la posibilidad de corruptelas
    a personas sin escrúpulos, y la detección de ese tipo de comportamientos en otros, retrae al perfil de personas que precisamente interesan
    Valoración del rendimiento
    No podemos valorar individualmente a cada gestor
    No podemos hacer una valoración permanente, sino sólo cada cuatro años
    votamos en función de una opción ideológica cuasi permanente, y no valorando la eficiencia real de la gestión
    falta de interés y de cultura política y económica
    medios de comunicación
    desdibujan
    "Clientelismo":
    Clientelismo significa que el gestor público aproveche esa situación para beneficiar interesadamente a muchos, con el propósito de conseguir valoraciones positivas en las urnas
    Así pues, las políticas de recursos humanos de lo público están claramente mal diseñadas, pues sirven para atraer personas que, según lo visto y llevando el tema al extremo y exagerándolo al máximo: sean grises con tal de que sean cómodas a los partidos; tengan una retribución media-baja en el mercado laboral porque nadie esté dispuesto a pagarles más o, directamente, no tengan otra forma de ganarse la vida; tengan una catadura moral deficiente que les permita lucrarse con cuestiones paralelas a su sueldo; no les importe o estén dispuestos a utilizar, en beneficio propio, los desajustes del sistema de valoración que arriba se describen y otros que pudiera haber.
    Algunas ideas de lo que debería cambiar
    una retribución acorde al mercado
    retribución por objetivos
    listas abiertas
    Persecución implacable de la corrupción
    Separación de poderes real
    evaluación permanente (utilizando quizás las nuevas tecnologías)
    incremento del interés, de la crítica seria y de la formación de los ciudadanos
    ¿dónde está la clase intelectual? Si los políticos por sí solos no tienen ningún incentivo para cambiar estoRead more at www.felixpeinado.com