sábado, 21 de mayo de 2011

Manual para hacer un referendum

En primer lugar disculpas a quien buscara procedimientos legales para llevar a cabo un referendum, esta entrada del blog pretende explicar cómo hacer un referendum desde el punto de vista de la forma en que han de seleccionarse los contenidos, para que sea más provechoso para todos.

Lo primero a considerar en el caso de un referendum es el tema que se trata. El tema debe ser una preocupación de la ciudadanía, no se hace un referendum de aquello que a nadie le importa. Debe tratar el tema desde un punto de vista fundamental, yendo a la raíz del problema, de lo contrario, no se tratará la preocupación de los ciudadanos, sólo de algunos síntomas. Debe recoger todos los aspectos relevantes en dicho tema, de lo contrario será parcial, y es algo suficientemente importante como para no dejarlo a medias. Por otro lado no debe incluir otras cuestiones, no se trata de hacer un referendum de todo aquello que preocupa a la población, sino de todos los aspectos de un tema que preocupa, si resultara que el segundo tema que más preocupa a la población realmente les preocupa mucho entonces lo que procedería es hacer un segundo referendum, pero no mezclar. El que mucho abarca poco aprieta y al final lo que se tiene es una cortina de humo, un río revuelto y nada claro, donde se va a intentar tergiversar, manipular, confundir y otras muchas cosas que, tristemente, estamos acostumbrados a ver. La forma de evitar esto es que todo esté lo más claro posible, y parte de esa claridad se obtiene no mezclando unas cosas con otras. En resumen, debe tratar todos los aspectos de un tema y sólo eso.

Lo segundo a considerar es cómo presentarlo. El referendum no puede incluir todas las propuestas, como las presentadas en varios manifiestos que estamos viendo últimamente, como si fuera una unidad, una idea única. Lo deseable sería que hubiera un debate razonado acerca de la cuestión considerada y que se llegara a conclusiones con un consenso, que no es lo mismo que la mayoría, sino un acuerdo entre todos. Esto no es técnicamente posible todavía, pero no es una excusa para limitar la libertad de la gente a expresar su opinión con el referendum. Un referendum ha de tener varios puntos que puedan ser votados de manera separada, preferentemente, por simplicidad, cuestiones que puedan responderse con un sí o un no, pero para que sean esta clase de cuestiones deben ser realmente atómicas, es decir, que no puedan ser divididas en otras más pequeñas. Si alguien vota sí ha de votar que sí a todo el punto, y lo mismo con el no, en ningún caso nadie debería votar sí o no pensando que desearía votar "sí, pero..." o "no, pero...". Esto es lo que hacen los partidos políticos con leyes como la de la Economía Sostenible, agrupando varias cuestiones y colando la Ley Sinde dentro. Una de tantas cuestiones indignantes que tristemente estamos acostumbrados a ver y no son noticia.

Lo tercero es cómo crear el contenido. Un referendum no puede salir de la nada, la redacción de su contenido es una cuestión compleja en la que ya han de aglutinarse las inquietudes de una gran parte de la población. Un referendum debe estar realizado de forma que no excluya a nadie, que todos puedan expresar su opinión. Han de tenerse en cuenta los dos puntos anteriores, pero además es fundamental que el referendum tenga un buen acabado, debe tener un impacto apreciable sobre el problema. De lo contrario, el problema seguirá ahí, cundirá el desánimo y las posibilidades de futuros referendums quedarán cercenadas. Por todo esto, la decisión del contenido es una decisión importante y no lo deberían acordar unos pocos sino que habrían de participar muchos, y esto sí es ya técnicamente posible. No es necesario que el medio sea oficial, simplemente es necesario que el medio no sea fácilmente manipulable y permita redactar un referendum que, con las urnas y los medios disponibles en el Estado permita llegar a una conclusión que sea oficial.

Finalmente, en cuarto lugar, un referendum no es un manifiesto, no se trata de establecer qué es lo correcto, simplemente de permitir a la gente que vote aquello que considera correcto, pudiendo no existir consenso ni antes ni después del referendum. Un referendum no afirma cómo ha de ser algún aspecto de la sociedad, sólo plantea las cuestiones que han de tenerse en cuenta, aquellas que causan inquietud (o indignación) a los ciudadanos y sobre las que la gente debería poder decidir, después del referendum, cuando se conozca la opinión de la gente con respecto a estas cuestiones, será posible determinar cómo habrían de ser las cosas para ser conforme a los deseos de los ciudadanos. Por eso ha de partirse del menor número de premisas posibles, no introducir sesgos a la hora de plantear las cuestiones, y dar la mayor libertad y capacidad de decisión posible a quien va a votar ese referendum, si no, se convierte en una pantomima.

Cabría hacer consideraciones acerca de si los contenidos del referendum son beneficiosos o perjudiciales, mejores o peores, pero eso es otra cuestión, que no pertenece a las consideraciones que hay que realizar cuando se hace un referendum sino las consideraciones que hay que realizar cuando se vota a un referendum. Puesto que siempre es importante mantener la claridad y la separación de los temas, aquí acaba este manual.

Si todo va bien debería ser posible ver un ejemplo en este enlace, de momento es un experimento a ver qué resulta. Probablemente haya plataformas mejores, pero esto es lo mejor que he encontrado, si alguien conoce otra mejor puede decírmelo o montarla él mismo. Así mismo, cualquier posible mejora o comentario acerca del manual es, como siempre, bienvenida, he hecho lo posible por aplicar mis conocimientos de ingeniería del conocimiento y teoría de la decisión, además de no extenderme demasiado, siendo objetivos conflictivos el resultado óptimo es subjetivo, y por tanto está sujeto a debate.

1 comentario:

  1. Perdón por mi ignorancia pero.¿Quién puede hacer un referéndum?¿Solo los políticos?

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